Joseph Cáceres

La televisión no existe ya

Por Johnny Arrendel

El problema para Tony Dandrade es que si termina su relación con la cadena internacional Univisión, probablemente recale en el mercado dominicano en busca de un puesto que podría ser como creativo-ejecutivo o como talento estelar por su bagaje.

Pero la televisión está en proceso de extinción, o al menos de transformación profunda, que prácticamente rompe con los esquemas han prevalecido hasta hace poco.

En otro trabajo sobre la televisión, hablamos de la etapa cuando los sistemas de cable estaban en ciernes en el país, y coincidieron con los inicios de Teleantillas.

Pues bien, los sistemas de televisión pagada, cable y parábolas, son las victimas principales de la expansión indetenible del streaming, que tiene como punto fundamental de apoyo la popularización de los dispositivos Smart.

El gran impulso vino con la tendencia del público a adquirir televisores Smart, que permiten al mismo tiempo acceder a las plataformas de internet, a las redes sociales y unificar en un solo aparato lo que antes requería varios dispositivos, como televisor convencional, celular, Blu-ray, etcétera.

Llama la atención que Netflix, hoy la empresa líder en servir contenidos en streaming, sobre todo series, películas y documentales, en un momento, antes de su despegue, le ofreció a Blockbuster,  la firma que eventualmente desplazaría, la oportunidad de asociarse y fue despreciada y humillada.

Blockbuster, era en el año 2000 la cadena de alquiler de videos más grande del mundo, con miles de tiendas y millones de clientes. Su negocio era cobrar por el alquiler de películas y penalidades por retrasos en la devolución. Era modelo que funcionaba. Consideraban insólito eliminas esas dos fuentes de ingresos.

Netflix tenía tres años en el mercado y su modelo era distinto, el pago era por suscripción y otorgaba a sus clientes una cantidad ilimitada de películas y series que recibían online o por correo postal. Se podía hacer el pedido desde casa y no había penalidades por devolver los videos fuera de fecha.

Blockbuster, enfrascada en su modelo de negocio, no vio la necesidad de cambiar la forma de hacer dinero en este mercado y la eventualidad de que podrían cambiar las reglas de juego.   Preguntas que difícilmente se hacen las empresas establecidas, sobre todo si sus negocios van bien.

Desapareció y se expandió Netflix. Le pasó igual que a Kodak, primera empresa en tener una cámara digital, pero que desechó porque no usaba rollos, cuya venta era su principal fuente de ingresos junta a la venta de papel para copiar las fotos.

MySpace fue reemplazado por Facebook. Hotmail, estancado en su vieja interfaz y con limitada capacidad de almacenamiento, cedió ante Gmail y Barnes&Noble desapareció por no diversificar su oferta y nació Amazon.

Los grandes estudios reaccionan

Disney anuncia que rompe con Netflix y crea su propio servicio de streaming para ofertar a suscriptores su enorme y popular carpeta de contenidos para adultos y  niños.

Pero esperen un momento porque las cosas no se quedan ahí.

Detrás del perfil infantil de Disney está la realidad de ser uno de los más grandes gigantes de la multimedia, con ramificaciones en casi todos los sectores, como resalta el hecho de ser dueña de la cadena ESPN, una de las generadoras de contenidos deportivos y de canales más importantes del mundo.

Disney ha decidido adquirir una tercera parte de BAMTech, plataforma tecnológica que servía a la Grandes Ligas del Béisbol (MLB por sus siglas en ingles).

El antecedente importante para estos movimientos es que en los últimos tiempos ESPN ha perdido 14 millones de suscriptores y se ha visto obligado a despedir más de 300 empleados, entre ellos numerosos talentos de los que salían en pantalla.

Por tanto, Disney, a finales de este 2017 o principios del año próximo, estará en disposición de ofrecer un servicio completo de streaming a sus suscriptores en Estados Unidos y Canadá, mientras que para América Latina y El Caribe se mantendrá asociada a Netflix durante algún tiempo más.

Probablemente, otros grandes estudios y productores, que cuentan con una inmensa cantidad de producciones fílmicas, que antes debían guardar en bóvedas encriptadas en antigua minas de sal para preservarlas del deterioro por humedad y temperaturas, pero que ahora están digitalizadas, también decidan incursionar en el streaming.